martes, 3 de diciembre de 2019

Gregorio Klimovsky

El próximo viernes 6 de diciembre a las 14.30. la plaza ubicada frente a la puerta principal del Pabellón II recibirá formalmente el nombre de Plaza Prof. Gregorio Klimovsky;


Para quienes no lo conocen, vaya unas líneas para saber quién fue Gregorio Klimovsky y porque razón la decisión del Consejo Directivo de la FCEyN y el COnsejo Superior de la UBA está debidamente fundamentada.

Nacido en 1922, Klimovsky estudió matemática en la entonces Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Se dedicó a los fundamentos de la matemática, la lógica y a la epistemología, siendo en nuestro país un pionero en estos campos.
En 1953 se incorporó al Departamento de Investigaciones Científicas (DIC) de la Universidad de Cuyo y desde 1956 a 1966 fue profesor tanto de nuestra facultad como de la de Filosofía y Letras (UBA) donde llegó a dirigir el Instituto de Filosofía. Además, participó activamente en política universitaria y fue miembro del Consejo Superior de la UBA.
Su permanente interés tanto por las ciencias exactas y naturales como por las ciencias sociales y humanas, ha contribuido en nuestro país a cubrir, así sea parcialmente, la brecha de comunicación que existe entre ambas áreas del conocimiento. Prueba de ello es su actuación en facultades tanto de una como de la otra y su calidad de miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, y de miembro plenario (y fundador) de la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico (Sadaf).
Durante los oscuros años de la última dictadura cívico-militar el Prof. Klimovsky fue miembro activo de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, desde donde combatió la política represiva y anti popular del régimen y, en particular, la desaparición forzada de personas.
Con la llegada de la democracia el presidente Alfonsín lo designó como miembro de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), que elaboró el estremecedor informe Nunca más.
En esa misma época fue nombrado Decano normalizador de la FCEN (1984/85). Desde ese cargo jugó un rol decisivo en la reconstrucción de la facultad como centro científico de excelencia, promoviendo la docencia y la investigación en el marco de un clima de amplia participación democrática. Durante su decanato enfrentó firmemente las tendencias continuistas que buscaban preservar el status quo dejado por la dictadura, en particular la cuestión de los ilegítimos concursos de profesores tramitados durante el periodo final de la misma.
La imagen puede contener: 1 persona, sentado, de pie y gafas
Entre los numerosos logros de su gestión podemos señalar la creación del Departamento de Ciencias de la Computación, la constitución de consejos departamentales tripartitos. la realización de las primeras Encuestas de Evaluación Docente, la recuperación de destacados docentes e investigadores de las diversas disciplinas de la FCEN que habían permanecido en el exilio interno y externo, figuras que fueron claves para la renovación académica de áreas como la Biología o la Química, la organización de los primero concursos abiertos y transparentes de la era democrática, sosteniendo firmemente su convicción de que “una actividad universitaria seria sólo es concebible cuando coexisten la enseñanza con la investigación.”
Fue distinguido en numerosas oportunidades. Entre otros recibió el premio Konex de Platino en Lógica y Teoría de la Ciencia (1986); el premio de la Asociación Internacional Psicoanalítica por sus relevantes aportes a la fundamentación epistemológica del psicoanálisis (1989); el premio Konex de Brillante en Humanidades (1996); el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario (2005) y el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires (2006).
El Profesor Klimovsky falleció en Buenos Aires en abril del 2009.

Ire agregando aquí algunas resoluciones firmadas por Klimovsky durante su decanato

Situación de los Derechos Humanos en la FCEN (1984)

Klimovsky asume en noviembre de 1983 y entre sus primeras disposiciones encomendó analizar los expedientes de los trabajadores de Exactas que habían perdido sus cargos por faltas reiteradas y abandono sin aviso del trabajo. La sospecha era que esos casos conducirían a posibles víctimas de la represión. Estos casos, sumados al de otros alumnos desaparecidos fueron documentados y elevados a la CONADEP (Com Nac. de Desaparición de Personas) Así fue como durante enero y febrero de 1983 la FCEN empezó a aportar nombres e información para comenzar a armar el mapa del horror.
Entre los trabajadores aparecen Carlos Montoya, Eduardo Corvalan y Juan Carlos Dominguez. Muchos años después, durante el decanato de Jorge Aliaga se pudo conocer que la persona de nombre Juan Carlos Dominguez que figuraba como desaparecido no era el de Exactas. El trabajador de Exactas había logrado salir del país y nunca mas regresó.


Creación del Departamento de Computación

Desde que Manuel Sadosky creara a fines de la década de 1950 el Instituto de Cálculo (IC) y la carrera de Computador Científico, el perfil de la carrera había cambiado drásticamente, De ser una herramienta para las demás disciplinas, la computación ya dibujaba un campo disciplinar propio, con objetos de estudio y metodologías novedosas que incluso seguían en proceso de transformación..
Muchos creían que era hora de sacar a la Computación del IC, que por entonces formaba parte del Departamento de Matemática, y crear un Departamento específico. Pero no eran pocos los que le bajaban el precio a la computación.
En 1984, Klimovsky creó una comisión para discutir si Computación era una mera técnica auxiliar de otras actividades científicas o, por el contrario, era el momento de jerarquizarla y ponerla a la altura del resto de las disciplinas de Exactas.
La comisión se expidió a fin de año, y el 10 de enero de 1985 Klimovsky firmaba la resolución creando el Departamento de Computación

miércoles, 22 de mayo de 2019

1969: el clima previo del Cordobazo en la FCEN


"Mayo de 1969 fue el mes clave. Las manifestaciones en Corrientes contra el aumento de los precios del comedor estudiantil fueron re­primidas y el 15 de mayo cayó baleado el estudiante Juan José Cabral. En Rosario durante los actos de repudio murieron Adolfo Bello y Luis Blanco, lo que desencadenó el “Rosariazo”. Al mismo tiempo en el nú­cleo industrial moderno de Córdoba se venían desarrollando conflictos gremiales encabezados por sindicatos combativos. La indignación por los sucesos de Corrientes y Rosario potenció la protesta y produjo, el 29 y 30 de mayo, el Cordobazo, el mayor levantamiento urbano de la Argentina moderna.

"En la UBA las movilizaciones fueron mucho menores, aunque se incrementó la participación del estudiantado. El 22 de mayo la Guardia de Infantería ingresó al Pabellón 1, convocada por las autoridades, para disolver una asamblea en el Aula 8. Desde la puerta trasera fueron disparadas granadas de gas. Los estudiantes escaparon hacia la estre­cha puerta de acceso de profesores. En la estampida varios debieron llevar en andas al profesor Orlando Villamayor, jefe del DM que estaba exhortando a los estudiantes a levantar la asamblea (Carnota, 2015).

"El Cordobazo dañó seriamente la imagen de orden y autoridad de Onganía y provocó la salida de Krieger Vasena. Un año más tarde, luego del secuestro y muerte del Gral. Aramburu, primera acción pú­blica de Montoneros, las FF.AA. lo reemplazaron por el Gral. Roberto Levingston.

"Mientras tanto y pese al perfil “aperturista” del nuevo ministro de Educación Dardo Pérez Guilhou, el nombramiento como rector de la UBA de Andrés Santas, identificado con la represión y el limitacio­nismo, en julio de 1969, no alentó expectativas de cambios (Primera Plana, 27/7 al 4/8/1969:12) En la FCEN asumió Raúl Zardini, de fluidos nexos con sectores de las FF.AA. y del Gobierno Nacional, quien dirigió la Facultad hasta inicios de 1973, para luego retornar con la “Misión Ivanissevich” en 1974."

Tomado de Historia de la FAcultad de Ciencias Exactas y Naturales, Díaz de Guijarro, Baña, Borches, Carnota.


jueves, 11 de abril de 2019

Mischa Cotlar

(publicado el 17 de diciembre de 2001)


LOS CAMINOS DE UN MATEMÁTICO
Por Carlos Borches

  Recientemente la Universidad de Buenos Aires tuvo el placer de recibir una nueva visita del matemático Mischa Cotlar y, en esta oportunidad, Cotlar se fue con su Doctorado Honoris Causa, merecido premio con que la UBA distinguió una trayectoria dedicada a la investigación matemática sin divorciarla del compromiso humanista.


Mischa Cotlar es por varias razones una persona excepcional. Forma parte de un grupo de matemáticos argentinos de relevancia internacional (de esos que aparecen en los libros, recuerdo el Lema de Cotlar que cita Dieudonné en sus Elementos de Análisis) y al mismo tiempo siempre dio testimonio de un compromiso militante antibelicista desde los años posteriores al bombardeo de Hiroshima. Y por si esto fuera poco, su vida y sus inicios en la matemática le dan un carácter absolutamente singular.

Lamentablemente, a partir de la tristemente célebre Noche de los Bastones Largos, en 1966, Mischa Cotlar se alejó del país y, aunque regresa periódicamente, fijó definitivamente su residencia en Caracas.

Protagonista de una historia singular, «Mischa» recordó los años en el Río de la Plata cuando comenzó a «cultivar la belleza» que a decir de Cotlar es la principal labor de un matemático.

Cuando uno revisa la historia de la ciencia en Argentina y, en particular de la FCEyN, se destaca el período que terminó trágicamente en 1966. ¿Cuáles fueron los factores fundamentales que los movilizaron a alcanzar tales logros en tan corto tiempo?

Mischa Cotlar-En el '58 se inició una nueva etapa, una renovación. Veníamos de un período muy gris y había mucha gente llena de entusiasmo, con ganas de hacer cosas. Me parece que lo mas importante fue la calidad humana de quienes integraban la Facultad y las ganas de iniciar grandes cambios. Por supuesto hay que analizar esto comparándolo con lo que había antes.

Cuando Ud. menciona la etapa que precedió al '58 ¿se refiere a partir de la creación de Facultad de Ciencias Exactas y Naturales en 1952?

Mischa Cotlar-No, antes. Para que tener una idea de como fueron las cosas, hay que decir que hasta el año 44 o 45 estaba solamente Julio Rey Pastor, y el Departamento de Matemática era una pequeña habitación con una pizarra y una biblioteca muy linda. Sin embargo no había muchas oportunidades de sacar libros, así que nos pasábamos mucho tiempo copiando. Ahora bien, parece que este departamento que en realidad se llamaba Seminario de Matemática y pertenecía a la Facultad de Ingeniería, molestaba a los decanos, así que nos trasladaron a un edificio que dependía de la Marina. Posteriormente Perón crea la Facultad de Ciencias en 1952.

El problema era entonces que para ser docente de la Facultad había que firmar adhesión al Justicialismo, de modo que en el año '52 aproximadamente se interrumpe todo.

A todo esto se hacían las reuniones de la Unión Matemática Argentina, donde se formó un pequeño grupo en el que participaron Varsarsky, Ricabarra, Zarantonello, Klimovsky; todo esto por iniciativa de Monteiro.

Monteiro fue uno de los más ilustres matemáticos que llegó a este continente. Fundamentalmente trabajaba en lógica y había hecho muchas cosas en su país, Portugal, hasta que fue echado por la dictadura de Oliveira Salazar. Luego se doctoró en Francia y de allí fue a parar a Brasil, que le debe su inicio en matemática, aunque también se tuvo que ir como consecuencia de sus ideas marxistas. Entonces se vino para Argentina, yendo a parar a San Juan.

En San Juan formó un grupo de donde salieron entre otros Villamayor. Monteiro había conocido al Rector de la Universidad de Cuyo, un tal Cruz, una persona muy interesante y amigo de Perón. Monteiro era una persona muy persuasiva, decía: «venga, venga, vamos a hablar» y lo «pervertía». El asunto es que había convencido a Cruz de armar un Departamento de Investigación Científica (DIC). Monteiro se encargaría de fundar el Instituto de Matemática y Cruz se ocuparía de que no se produjeran interferencias políticas. Así que nos fuimos todos para Mendoza pero como no teníamos casa fuimos a parar a la casa de Ricabarra, que era muy grande.

Nos dedicábamos a investigar y a cuidar a los becarios, era realmente muy lindo, teníamos distribuidas las tareas de la casa, lavar los platos y ese tipo de cosas, y después de cenar nos íbamos a leer libros de autores no necesariamente matemáticos, como Erich Fromm, Sartre y otros. Varsarsky, que era medio dictador, comandaba esas cosas.

¿Oscar Varsarsky?

Mischa CotlarSi, Oscar Varsarsky, probablemente uno de los hombres de mayor cultura científica. Originalmente fue químico y tuvo mucho éxito, luego se interesó por la mecánica cuántica y de allí pasó a las integrales de Fourier; recuerdo que había ido a ver a González Domínguez y éste le dio el libro de Titumarsh (dice señalan un espesor de 7 cm.) pensando que tendría para un tiempo largo. A las tres semanas ya había regresado y hablaba de igual a igual con González Domínguez. De allí pasó a la lógica. Además sabía mucho de ciencias sociales y tenía una enorme capacidad organizativa.

Esa época fue muy hermosa, se trabajaba con mucha libertad, no se podía distinguir entre profesores y alumnos. En el '55, cuando cayó Perón, fue nombrado decano un señor que había estado preso y veía peronistas por todos lados, y al darse cuenta que el DIC era una iniciativa peronista cerró al DIC y con él una publicación que estaba subvencionada por la UNESCO (Revista Matemática Cuyana).

De este grupo la mayoría nos vinimos para Buenos Aires, otros fueron a La Plata y algunos, Monteiro inclusive, a Bahía Blanca, por invitación del Rector Vicente Fatone. Así como este señor deshizo el Instituto de Cuyo, en Buenos Aires el grupo que tomó la dirección de la Facultad acompañando a Babini no destruyó lo que había. Se tuvo el buen tino de ver que había gente valiosa y en los primeros concursos regularizaron su situación.

Y ahora si llegamos a los ´60

Mischa Cotlar-En esa época se trabajó mucho, se creó el Instituto de Cálculo y una serie de publicaciones editadas por Cora Ratto de Sadosky también estaba la Fundación Enstein cuya misión era facilitar el estudio a jóvenes talentosos carentes de recursos. Tengo lindos recuerdos de aquella época.

Ud. está ya un poco cansado de contar cómo fueron sus inicios en la matemática pero su caso es en muchos sentidos ejemplar.

Mischa Cotlar-Es que las cosas personales no son muy interesantes. Yo puedo decir que a mí me ayudaron muchísimo. Desde que llegamos a América con mi padre, si bien no pude seguir estudiando (había hecho sólo primer grado) aprendí mucho con él. Mi padre tenía una biblioteca muy grande y me hablaba de cosas que me entusiasmaba.

Pero en Montevideo, donde vivíamos, yo tocaba el piano. Entraba a las cuatro de la tarde y salía a las cuatro de la mañana, así que no podía estudiar.

Después conocí a Rafael Laguardia, que es el fundador de la matemática uruguaya, y posteriormente conocí a Rey Pastor y me vine para Buenos Aires. Aquí encontré gente que me ayudó mucho, como el Dr. Vignaux y Yanny Frenkel, que después fue mi compañera.

En 1951 no tenía ningún título pero me consiguieron una beca para ir a Chicago. Yo quería ir a las clases, en especial a las claes de Zygmund pero él me decía : «¿Que hace Ud. acá? vaya y haga sus cosas.» Así obtuve el doctorado en Chicago y volví a la Argentina.



El compromiso social de Cotlar
  Cualquier comentario acerca de Mischa Cotlar que excluya su militancia humanista contiene una carencia insalvable, porque su preocupación para que los científicos asuman responsabilidades ante la sociedad formó parte de una prédica incansable que lo llevó a integrar distintas organizaciones internacionales que luchaban por la paz, en tiempos de la guerra fría y la amenaza nuclear.

  «Si la humanidad progresó en temas como los derechos humanos fue porque hubo gente con ideas nobles que despertaron la conciencia de los que estaban a su alrededor, porque alguien alguna vez ayudó, le dio una mano desinteresadamente a otros» ilustra Cotlar.
  Para «Mischa», la desaparición de la guerra fría no provocó grandes cambios:
  «Sigue habiendo científicos que trabajan para la destrucción, para incrementar el poder de matar de los poderosos. Si los científicos y técnicos se negaran a desarrollar el armamento que cada día es más mortífero y preciso, el mundo sería muy distinto y no tendríamos lo que vemos hoy en día, donde mueren tantos inocentes que no tienen nada que ver con el conflicto mientras que los responsables quedan a salvo».

miércoles, 3 de abril de 2019

Avelino Díaz

Alumno dilecto de Senillosa, Díaz fue el primer estudiante criollo que consagró su vida completamente a la física y matemática. Se ocupó de varios cursos del Departamento de Estudios Preparatorios. 
Díaz había concurrido al llamado a concurso abierto por el Gobierno de la Provincia para los cargos de la futura universidad, obteniendo una plaza “por el exclusivo influjo de su superioridad”.

Cumpliendo con una disposición del rectorado, que exigía a todos los profesores escribir un texto con los materiales del curso dictado, Díaz publicó textos correspondientes a los cursos de Álgebra, Aritmética y Geometría. Se conservan también apuntes de un curso de física matemática.

El Curso de Física Matemática, ya no tenía el enfoque escolástico que había sido habitual para abordar la física en la Manzana de las Luces, antes y después de 1810. Ahora ingresaba cabalmente en las aulas las ideas que durante unos años habían sido propias del enfoque que circulaba en el Consulado. Como señala Avelino Díaz “la experiencia conducirá a establecer principios fundamentales y valiéndonos del análisis deduciremos las consecuencias (...) La mecánica,  la física y la astronomía son las tres fuentes abundantes de donde emanan todas las ciencias naturales: y para beber en ellas con alguna pureza los principios en que se fundan estas ciencias, son indispensables, cuando menos, las matemáticas
especiales puras”.

La temprana muerte de Avelino Díaz, en 1831 a los treinta años de edad, dejó un vacío que la universidad tardó medio siglo en subsanar. 

“Era entre nuestros hombres el llamado para ser cabeza y centro directivo de nuestra educación”, expresaría con hondo pesar Gutiérrez, a cuarenta años del fallecimiento del joven profesor

(tomado de 150 años de Exactas

Zardini en retroceso, el comienzo del fin

Vestíbulo de entrada del Pabellón 1 durante la toma de abril de 1972. Sobre la pared se lee “Fuera Zardini de la Facultad”

La Noche de los Bastones Largos permitió el acceso al poder del geólogo Raúl Zardini, primero como secretario del decanato de Bernabé Quartino, y luego directamente como decano, cargo que volvió a ocupar en 1974, durante la llamada Mision Ivanisevich, después de la muerte del Presidente Juan Perón.

Pero al inicio de 1972, el ciclo dictatorial iniciado por Onganía mostraba un marcado desgaste que tuvo ecos en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA 

"El clima político en la Facultad se tensó ya desde inicios de 1972.
El detonante fueron los concursos de docentes auxiliares del Departamento de Matemática. Ante sospechas de discriminación política en perjuicio de varios aspirantes, un gran número de estos presentó una nota cuestionando el resultado. Al mismo tiempo se realizaron acciones de protesta dentro de la Facultad.

"Zardini reaccionó anunciando a la prensa la cesantía de los sesenta y siete firmantes de la nota. Ese mismo día una asamblea decidió la toma de la Facultad. Zardini en respuesta dispuso su cierre
y entonces se constituyó una coordinadora estudiantil-docente que sostuvo el funcionamiento de los cursos los días siguientes (Política Obrera, 26/4/1972: 7).
Finalmente el propio Consejo Asesor desautorizó al decano, pues no solo no concretó las cesantías sino que aceptó constituir una comisión de profesores plenarios para evaluar el concurso cuestionado
(Exp. FCEN 422885). Este episodio dejó establecidas las bases de un “poder paralelo” estudiantil-docente y dio impulso a la constitución del cuerpo de delegados de cursos.

"A lo largo del año los conflictos en los cursos no cesaron. En octubre los alumnos de Química Orgánica II realizaron una prolongada huelga por un petitorio de diez puntos reclamando diversas
medidas de transparencia en la toma y corrección de exámenes. En una actitud muy propia de su estilo, el decano Zardini envió una carta a los padres de los estudiantes informándoles que sus hijos estaban haciendo huelga y que sus pedidos “significarían destruir el sistema de enseñanza que impera en esta casa de estudios”, advirtiendo que plantear reclamos a los que no es posible acceder es “una vieja táctica del comunismo internacional” (Exp. FCEN 425333/1972).

"A la par de la actividad política, los estudiantes organizaban eventos culturales masivos dentro de la Facultad, entre ellos presentaciones de grupos musicales como Manal y Almendra.
"El año 1972 fue también el de la unificación del movimiento estudiantil. El cuerpo de delegados convocó a elecciones del Centro de Estudiantes de Ciencias Exactas y Naturales (CECEN), superando, a la vez, la tradicional división por carreras y los conflictos entre tendencias políticas de los años previos.

"El CECEN quedó así constituido, aún en una situación de semilegalidad, a fines de 1972".


Tomado de Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.  Eduardo Díaz de Guijarro,  Beatriz Baña, Carlos Borches y Raúl Carnota.  Eudeba 2015



viernes, 29 de marzo de 2019

Cecilia Berdichevsky

Cecilia Berdichevsky sentada frente a la terminal de la legendaria Clementina

Nacida un 31 de marzo de 1925 en  con el nombre de Cecilia Tuwjasz,  nuestra protagonista se trasnformó en un ícono de la computación en Argentina usando el apellido de su esposo, el médico Mario Berdichevsky.

Su infancia trasncurrió en Avellaneda donde compartió aulas con quien sería otra colosal figura de la computación: Rebeca Cherep,  con los años Rebeca Guber

Terminado el secundario, Rebeca se fue a estudiar Matemática a la Universidad de La Plata, donde conoció a su marido, José Guber, que estudiaba Ingeniería. Pero Cecilia quiso canalizar su interés matemático por el lado de los estudios contables sumando solo frustraciones hasta que Rebeca la convenció para que se inscribiera en Matemática, donde su vida cambió para siempre.

En un artículo, Cecilia Berdichevsky cuenta sus recuerdos de los primeros pasos de la computación en la UBA, que marcaron el inicio en Argentina.



History of Computing and Education 2 (HCE2)
 IFIP 19th World Computer Congress, WG 9.7, TC 9: History of Computing, Proceedings of the Second Conference on the History of Computing and Education, August 21–24, 2006, Santiago, Chile

A continuación reproducimos parcialmente una nota cuya calidez e información original nos exime de mayores comentarios:


2005.03.31: Hernán Huergo: Para mi amiga Cecilia Berdichevsky, en su cumpleaños número 80.


Para mi amiga Cecilia Berdichevsky, en su cumpleaños número 80

(...)
La historia que voy a contar empieza en Vidzy, hace 80 años. Allí fue donde nació ella. En Agosto de 2003 ella estaba en un congreso en Vilna, muy cerca, y se hizo una corrida hasta sus pagos natales. Encontró su casa, casi un palacio de dos pisos, que fue una de las cosas que sobrevivieron el paso de los años en una ciudad castigada por tantas desgracias y matanzas. Siguiendo uno de mis vicios me puse a investigar Vidzy, por Internet, por supuesto. Y cosa curiosa, encontré un artículo de un tal Gershon Winer, que hoy tiene 84 años, que habla de cómo era esta ciudad en 1930, justamente el año en que la familia de Cecilia Tuwjasz dejó el lugar para emigrar a tierras lejanas. Ella tenía cinco años entonces. Vidzy, dice Gershon, que también vivía allí y se fue por la misma época, estaba ubicada en una zona preciosa, rodeada de lagos, bosques y termas naturales, muy visitadas por gentes de todos lados por sus poderes curativos. La población de Vidzy incluía rusos, lituanos, polacos, tártaros y una gran cantidad de judíos. “De la mejor estirpe”, me contó un día Cecilia. Había entonces una iglesia católica, una ortodoxa, una mezquita y tres sinagogas.

Vidzy sufrió las consecuencias de innumerables guerras: rusos contra suecos, lituanos contra polacos, alemanes contra rusos. Hace 500 años, Vidzy era parte de Lituania. Antes de la Primera Guerra Mundial pasó a ser parte de Rusia. Después de esta guerra se convirtió en parte de Polonia. O sea que Cecilia, que nació en 1925, es polaca. En Septiembre de 1939, después del pacto Stalin- Hitler, fue tomada por las tropas rusas. En Junio de 1941 las tropas alemanas la tomaron por asalto y los rusos salieron disparando. Finalmente, terminada la guerra, Vidzy se convirtió en parte de Bielorrusia hasta nuestros días.

En 1930, dice este señor Gershon Winer, las políticas del gobierno polaco eran cada vez más hostiles con los judíos, tenían mil obstáculos para poder trabajar, aunque eran la mayoría de la población. Muchos se vieron obligados a emigrar a otras tierras. A la luz de lo que pasó luego, el antisemitismo del gobierno polaco resultó una bendición para los que se vieron forzados a irse. Se salvaron de un destino horrible. El 5 de Abril de 1943 todos los judíos que vivían en el guetto de Vidzy fueron transportados al campo de concentración de Vilna para encontrarse con la muerte.

Pero los Tuwjasz, por suerte, ya estaban en la Argentina, instalados en Avellaneda. El padre de Cecilia murió a los pocos años y la madre se volvió a casar. Cecilia era única hija. En el colegio secundario, una compañera de colegio de Cecilia, Rebeca Cherep, le marcaría el destino. La que luego se convertiría en Rebeca Guber, tenía una personalidad tan luminosa y poderosa como la de Cecilia Berdichevsky. Sus destinos se encontraron muchas veces y, a partir de la década del 50 hubo una personalidad común en la vida de las dos que las mantuvo unidas para siempre, Manuel Sadosky.

Cecilia se casó con Mario Berdichevsky. Fue en el año 1951. Ruti, su sobrina de 5 años, muy orgullosa en su vestido de terciopelo azul, le llevaba la cola del vestido de novia. Parece que la plata se junta con la plata. Porque la familia de Cecilia, les cuento, tenía un excelente pasar económico. Pero los Berdichevsky no se quedaban atrás, eran una de las familias más poderosas de Avellaneda. “Mi suegro tenía 3 millones, mi padrastro nada más que 2 millones”, me contó ella un día. No sé si ya se los dije, pero Cecilia es una mujer incurablemente extrovertida. Aunque Manuel Sadosky me sorprendió cuando me dijo: “Cecilia Berdichevsky era una joven muy tímida”. Estábamos con Juan Carlos Fränkel, tomando el té con el maestro en su casa de Paraguay. ¿Cecilia muy tímida? Con Juan Carlos nos miramos. No estábamos seguros si estaba hablando de la misma persona que conocemos. Pero volviendo a lo que les estaba contando, estuve calculando que los 5 millones que sumaba Cecilia entre padrastro y suegro allá por el año 51 equivaldrían a unos 50 millones de hoy en día. Aunque ella dice que hoy no tiene tanto. En realidad dice que no le quedó casi nada.

Dicen que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Y supongo que detrás de toda gran mujer hay un gran hombre. Seguramente las dos cosas son ciertas en el caso de Cecilia y de Mario Berdichevsky, el médico, querido por todos. ¡Cómo lo querían en el Fiorito! Todo el hospital se unió a centenares de avellanedenses para llorar a gritos el día que murió, hace 14 años, un 1° de Julio. Manuel Sadosky recuerda la imagen de todas las enfermeras y médicos formados en las escalinatas del hospital, una ceremonia inolvidable. La Avenida Belgrano quedó bloqueada por la gente que vino a dar su último saludo al gran médico de barrio, sin importarles el frío ni la lluvia. Juan Carlos Fränkel me cuenta que hasta los enfermos se levantaron para ir a unirse a la multitud en la despedida final. Cuenta Daniel Arias que Mario fue un gastroenterólogo de primer nivel, el que trajo el endoscopio a la Argentina.

Cecilia había elegido seguir la carrera de contadora. Su amiga Rebeca Guber, la de Matemáticas. Pero nuestra amiga no estaba demasiado contenta de la profesión, que estuvo ejerciendo por unos diez años. Rebeca, por su lado, estaba fascinada con haber elegido la carrera de Matemáticas. No era para menos, lo tenía cerca al gran maestro, a Manuel Sadosky, responsable como pocos de la época de oro de la Universidad de Buenos Aires, de 1956 a 1966.

En 1955 Cecilia lo acompañó a Mario a una asignación por un año en Francia. Mientras tanto ella se dedicó a hacer estudios en el Centro Atómico SECLAY. El francés no fue problema para ella, llegó a dominarlo a la perfección. Rebeca y José Guber llegaron a Europa al final de ese año para recorrer un montón de lugares juntos. Me imagino que fue por esos días que Rebeca le dijo a Cecilia: “Vos tenés que venir a estudiar Matemáticas a Exactas, Cecilia, esa es tu carrera, te va a encantar”. Así que de vuelta en la Argentina, Cecilia, decidió hacer el gran cambio de su vida y se puso a estudiar Matemáticas. Era el año 1956, ella tenía 31 años. Sadosky era el profesor de Matemáticas para los ingenieros y para los matemáticos. “Le enseñaba más a fondo a los que seguían Matemáticas”, me confesó Manuel. Me sentí un poco discriminado cuando me dijo eso. “Cecilia estudió junto con mi hija Corita”, me contó. La hija de Manuel tenía entonces 16 años. Otra estudiante de ese mismo año, 1956, era Pilar Suter, que terminaba la carrera. Le pregunté a Sadosky cómo era Cecilia como alumna. “Una traga total. Por eso siempre estuvo entre los mejores promedios. Corita también era otra traga”.

Todo el mundo dice que la década de 1956 a 1966 fue la década de oro de la Universidad de Buenos Aires. Y muchos coinciden en que la figura principal de esos años fue justamente Manuel Sadosky. El logro principal de Manuel fue, seguramente, la creación del Instituto de Cálculo. La idea que él tenía era que para desarrollar la matemática aplicada se necesitaba una computadora poderosa. En 1957 inició el proceso para seleccionar una. Finalmente quedó elegida una computadora inglesa, la Mercury de la empresa Ferranti. El único problemita era cuánto costaba: 300.000 dólares. “Cuando se lo planteé a Bernardo Houssay, que era por entonces el director del CONICET, casi le da un síncope”, me dijo. Pero por suerte estaban Eduardo Braun Menéndez y Rolando García, simpatizaban con Manuel y con su idea, los dos vinculados con el CONICET. Rolando García era además el Decano de Exactas. Ellos sí estaban convencidos de la importancia del proyecto. Así que al primer día que faltó Houssay a su trabajo en el CONICET entre los dos se las arreglaron para aprobar la inversión. Houssay se quedó sorprendido, pero no enojado. Los ingleses se sorprendieron mucho más todavía, no lo podían creer.

La computadora, la famosa Clementina, que tenía 18 metros de largo, finalmente se instaló en 1961, inaugurando el Pabellón I de la flamante Ciudad Universitaria en Núñez. Cecilia recibió los primeros cursos de programación de Cicely Popplewell -famosa por haber trabajado con Alan Turing- y del español Ernesto García Camarero. Así se convirtió en la primera programadora de la primera gran computadora que tuvo la Argentina. En ese mismo año se seleccionaron dos personas para profundizar los estudios de programación en Inglaterra. Se buscaba gente muy confiable y con excelente promedio. Cecilia fue una de las seleccionadas. Así partió ella a Manchester a continuar sus estudios con Cicely Popplewell. Cuando volvió, en 1963, era una programadora super experta en Clementina.

Además de ser programadora y algo así como la guardiana de la máquina, Cecilia también era Jefa de Trabajos Prácticos de Cálculo Numérico I, donde el profesor titular era Sadosky. “Manuel daba las clases teóricas”, cuenta Betty Burzomi, “pero un día que no pudo ir apareció Cecilia para reemplazarlo”. “¿Y cómo anduvo?”, pregunté yo. “Renerviosa al principio, hasta que se le pasó. Después resultó que era muy clara. Ella era todo empuje, un cohete”.

Juan Carlos Fränkel, Marcelo Larramendi, Néstor Sameguini eran alumnos de la carrera de Matemáticas por esa época. Cecilia, además de docente, trabajaba con Clementina en el Instituto de Cálculo. Con el tiempo los tres alumnos también se incorporaron al Instituto de Cálculo, y se convirtieron en colegas y amigos de nuestra amiga. Las jornadas eran largas. Al fin del día se iban los tres y Cecilia a alguna cervecería elegida por Juan Carlos, el experto en el tema. También venían algunos cónyuges de los casados, Olga, Betty y, de vez en cuando, Mario el médico. Pero había veces en que el trabajo seguía hasta altas horas de la noche y se cancelaba lo de la cervecería, para desesperación de Juan Carlos. A veces la “hormiguita laboriosa”, como la llama Betty, se pasaba un poco de revoluciones. Como aquel Censo que se procesó una vez en el Instituto, interminable. Ese día Cecilia no volvió a su casa. Hasta que apareció intempestivamente el marido médico. Se la llevo poco menos que de los pelos. “Mírenla bien”, les dijo a todos, que nunca lo habían visto tan enojado, “porque hoy es el último día de Cecilia en el Instituto. Se acabó, nunca más la verán por acá”. Al día siguiente Cecilia reapareció puntualmente, como todos los días, para seguir trabajando con todo con el tema Censo.



Cecilia recorrió mucho mundo y muchos trabajos. Fue consultora de la primera hora en ACT, la empresa de Sadosky, Guber y Chamero. Trabajó en IBIZA, donde no se olvidó de sus amigos del Instituto de Cálculo. En 1984 se convirtió en Subgerente General de la Caja de Ahorro, a cargo del Centro de Cómputos.



Y, por supuesto, Cecilia trabajó y sufrió muchos años en SADIO. Fue vicepresidenta de Oliveros. Fue la representante en la IFIP por lustros y lustros, amada por todos. Pero quizás lo más importante de todo lo que hizo Cecilia en SADIO fue cuando organizó las 18 JAIIO en el Bauen, donde el "Cuero" Aráoz era el presidente del Comité Académico y ella la presidenta del Comité Ejecutivo. No sé qué estrella invitada tenían anunciada, que finalmente falló. Por suerte estaba por aquí Ramón Puigjaner, que fue convocado de urgencia por Cecilia. Como pueden imaginar Ramón no tuvo ninguna posibilidad de negarse. Era una orden. Se presentó y fue un conferencista de lujo de esas JAIIO, quizás lo mejor de una de las jornadas más memorables que se hayan organizado nunca. Cecilia, eternamente agradecida a Ramón.

“Cecilia es vital, incansable”, dice Juan Carlos. “Cecilia es muy emprendedora”, dice Marcelo, “una vez que se le pone algo en la cabeza no para más. Estando en la Caja se convenció de las bondades de la Tarjeta Chip. Fue una pionera del tema en la Argentina”. Para Marcelo Larramendi, la tarjeta chip era algo así como una solución a la espera de un problema, pero el problema ideal nunca apareció. Para Ruti, Cecilia era una adelantada a su época. Vio el tema diez años demasiado temprano.

“Cecilia es mi tía”, dice Julieta Burzomi, como si esa frase lo dijera todo. “Ella es divertida, emprendedora, alegre. En realidad es mucho más que una tía”. Yo me quedo esperando la explicación de porqué es la tía. Ella parece querer darme una pista cuando agrega: “Julia Oshiro, que también estaba en ACT, fue otra tía mía”.

Yo la conozco cómo trabaja en el grupo ICDL, es la presidenta. Les puedo decir que sigue siendo la misma hormiguita laboriosa. En cada reunión trae impreso todos los antecedentes de cada tema que quiere discutir. Usa un cuaderno donde anota todo con letra infinitesimal. Los deberes propios y ajenos quedan registrados en forma minuciosa. En cada reunión nos recita en forma implacable las cosas que no hicimos y las nuevas cosas que tenemos que hacer.

Sé de muy buena fuente que Cecilia fue muy linda toda su vida, sé por esa misma fuente que tiene amigos devotos en multitudes de lugares de este mundo. Sé de algunos pretendientes frustrados que la han perseguido sin descanso. Supongo que ya imaginan quién me ha contado todas estas cosas. Sí, es ella la que me cuenta de sus éxitos, por supuesto, ¡quién más! ¡Y pensar que Sadosky me dijo que ella era una joven tímida! Ella no sufre esa enfermedad llamada falsa modestia. Esta misma mañana me dijo con los ojitos sonrientes y coquetos que le conocemos: “Sí, soy octogenaria pero no parezco, no se me nota nada”. Y la verdad que tiene razón.

Nuestra amiga es una seductora empedernida, con éxito en todo el mundo. Porque he comprobado que cada vez que viaja la reciben y la agasajen en todos lados. Puede ser Inglaterra, puede ser España, o puede ser Francia, o mismo Estados Unidos. En cualquier punto de la tierra siempre tiene amigos íntimos que le abren sus puertas, la invitan a sus casas y la agasajan.

Ella es generosa como nadie. Y no lo digo sólo porque se pague los viajes que hace por SADIO o por ICDL, que deberían ser pagados por estas asociaciones. Lo digo también en lo personal. Como ese señor que le debía 25.000 dólares y un día, con mucha vergüenza, le confesó que no podía devolvérselos. “No importa”, dijo ella, "devolvémelos cuando puedas algún día". Nunca más se los reclamó. Fue él mismo, cuando la fortuna le volvió a sonreír, el que se acercó con el dinero y le dijo: “¿Te acordás que te debía esto?”.

Hablé también con Olga, su empleada de toda la vida. “Hace 43 años que trabajo con ella. Estoy muy orgullosa”. Ella también dice que Cecilia es muy alegre. Le pregunté por los viajes a Europa. “Ah, sí. Nunca me voy a olvidar de ese primer viaje, fue un regalo para mí, me enloquecí. Primero fuimos a París, 11 días allí. Después Londres, 4 días, Manchester 3 días. Después España, 10 días en Barcelona, 4 en Madrid. De allí a Italia, Roma, Venecia, Milán. Fueron 45 días. Visitamos los museos, las iglesias, hicimos todas las excursiones. Cuando volví me quedé pensando todo un año en los días que había vivido con ella. Después fuimos otras veces, pero ese primer viaje fue algo increíble. ¡Ella es así de generosa!”.

Cecilia a veces se enamora rápido de la gente. A veces se desenamora más rápido todavía. Estar en su lista de favoritos no es suficiente garantía para pasar de pronto a su lista negra. Volver de su lista negra a su lista de favoritos es un milagro que pocos puede contar. Los que están en su lista de amigos lo sienten como un honor y un orgullo personal, como me pasa a mí.

Para algunos la fama le dura 15 minutos. Para Cecilia, parece que no se extinguirá nunca. ¡Feliz Cumpleaños, querida Cecilia!

Hernán Huergo
31 de Marzo de 2005

Tomado del Blog  Dinos y dinas de la Informática en la Argentina
https://bit40-dinos.blogspot.com/2015/07/310372005-para-mi-amiga-cecilia.html